Este curso iniciamos un nuevo proyecto de centro a partir de nuestra biblioteca que hemos llamado: Alma CRA (Comunidad Rural Activa), será un proyecto que tendrá, por ahora, la durabilidad de tres cursos y este año lo iniciamos bajo el lema SOMOS DE PUEBLO. El objetivo fundamental es poner en valor desde el ámbito educativo nuestros maravillosos entornos rurales muy estigmatizados durante mucho tiempo y en riesgo de desaparición.
Hubo una época en la que el concepto Rural y Pueblo, bajo el influjo de la situación histórica del momento, se perfilaron como sinónimos de miseria, atraso, estancamiento o catetismo. Estas circunstancias animaron y empujaron a la población rural al éxodo hacia las grandes ciudades en busca del futuro prometido laboral, cultural y social. Y durante algún tiempo, con la industrialización de los entornos urbanos esto fue posible y mejoró la calidad de vida de la población. Sin embargo, este flujo y discurso constante durante décadas ha desembocado que en la actualidad, las tornas se hayan invertido de una forma bastante insostenible, pues la ciudad se encuentra masificada y precarizada y los pueblos en riesgo de desaparición.
Y lo cierto es que nuestro país y nuestra comunidad está hecha de pueblos. Pequeñas localidades, cercanas unas de otras, que en el SXXI suponen miles de oportunidades para labrar un nuevo futuro laboral, cultural y social. En este caso, y como producto del aprendizaje de lo de antaño, más sostenible, más hermosos y más inclusivo desde las comunidades rurales que representan.
Ante la masificación y la concentración de la población en las zonas urbanas donde aparece la precariedad laboral, el encarecimiento de todos los recursos, la falta de calidad de vida en todos los ámbitos… El entorno rural se dibuja como la mejor solución para los males de nuestra era que, al borde del colapso necesita una nueva corriente social para volver a alcanzar “el buen modo de vida”, tratando de no cometer los errores del pasado.
Los entornos rurales poseen innumerables fortalezas hasta ahora obviadas y que tras el proceso vivido durante la pandemia comienzan a resurgir y ponerse en valor.
Partiendo de esta reflexión, ocurre que en el maravilloso contexto de nuestro CRA extremeño el alumnado tiene la oportunidad de crecer, formarse y aprender con un modelo educativo intergeneracional, de ratios reducidas, en un entorno con unas oportunidades de exploración y autonomía envidiables, con 5G y fibra óptica.
Es hora que desde la escuela comencemos a cambiar el discurso y ¡que lo rural se ponga de moda!
Como agentes activos de la sociedad a la que debemos ofrecer respuestas, l@s maestr@s podemos y debemos enseñar a nuestro alumnado a valorar el contexto en el que viven no solo para disfrutarlo desde un ámbito pasivo, sino también para aprender a construirlo y transformarlo de forma activa, sostenible, inclusiva y hermosa, utilizando como aliados las TIC, al servicio de un futuro donde lo tradicional y lo tecnológico pueden conjugarse para mejorar nuestro entorno y dar respuesta a las necesidades neorrurales de nuestr@s zagal@s.
Resulta imprescindible activar a nuestro alumnado hacia la participación implicada y el emprendimiento para labrar el futuro que se merecen, desde su propia movilización y capacidad de aportación, eso sí, de forma responsable y comprometida.
En torno a esta idea, para poner en pie este proyecto y como ciudadanos europeos de bien, nos inspiramos en la Bauhaus Europea, movimiento surgido hace unos años y en concreto la Bauhaus Rural.
El nombre Bauhaus deriva de la unión de las palabras en alemán Bau, "construcción", y Haus, "casa".
En este sentido, los cuatro ejes que guiarán nuestra iniciativa (sostenible, inclusivo, hermoso, con compromiso y alma):
-La reconexión con la naturaleza, salidas por nuestro entorno fomentando el ejercicio al aire libre, conocimiento de flora y fauna, respeto y cuidado del mismo, cuidado de la tierra y el agua, valorar la construcción de hábitat urbanos integrados, que den respuesta a las necesidades del territorio según sus características climáticas, localización geográfica, especies autóctonas, arquitectura vernácula…
-La recuperación de los bienes rurales: equilibrio entre los sectores de trabajo y las oportunidades de modernización de estos con la tecnología e ingeniería en constante desarrollo (primario, secundario y terciario poniendo atención en la agricultura y ganadería como base del ecosistema laboral y vital de nuestros pueblos), alimentación saludable, salud mental y emocional, hábitos de pueblo…
-La priorización de los lugares y sus gentes, como bien cultural antropológico, saberes, aprender de los mayores y los jóvenes, oficios rurales, artesanos, usos y costumbres, tradiciones, pero también digitales, tecnológicos, comunicativos… lengua castúa, refranes, leyendas, historia, fiestas populares, juegos, música, danza… para seguir construyendo y enriqueciendo nuestro patrimonio rural con ventanas al mundo global con el que compartimos nuestra identidad y desarrollo para crecer.
-La búsqueda de fórmulas integrativa, equitativa e igualitaria desde la diversidad y la pluralidad social.
Como conclusión el proyecto debe conseguir dos productos:
CONECTARSE A LO QUE YA EXISTE.
Y
EL PODER TRANSFORMADOR DE LA PARTICIPACIÓN ACTIVA DE NUESTRO ALUMNADO EN LAS COMUNIDADES RURALES PARA CONSTRUIR EL FUTURO DE NUESTROS PUEBLOS.
¡COMENZAMOS!

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